Tú, que fuiste creado por el Amor a semejanza de Sí Mismo, no puedes abrigar resentimientos si conoces tu Ser.
Abrigar resentimientos es olvidarse de quién eres.
Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo.
Abrigar resentimientos es permitir que el ego gobierne tu mente y condenar el cuerpo a morir.
Quizá aún no hayas comprendido del todo lo que abrigar resentimientos le acarrea a tu mente: Te hace sentir como si estuvieras enajenado de su Fuente y fueses diferente de Él.
Te hace creer que Él es como aquello en lo que tú piensas que te has convertido, pues nadie puede concebir que su creador sea diferente de sí mismo. Escindido de tu Ser, el cual sigue siendo consciente de su semejanza con Su Creador, tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme parece estar despierta…
¿Podría ser todo esto el resultado de abrigar resentimientos?. ¡Desde luego que sí!. Pues aquel que abriga resentimiento niega haber sido creado por el Amor, y en su sueño de odio, Su creador se ha vuelto algo temible ¿Quién podría tener sueños de odio y no temer a Dios?
Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimiento forjarán una nueva definición de Dios de acuerdo con su propia imagen, que Dios los creó a semejanza de Sí mismo y los definió como parte de Él
Es tan cierto que aquellos que aquellos que abrigan resentimiento sentirán culpabilidad como aquellos que perdonan hallarán la paz. Y es igualmente cierto que aquellos que abrigan resentimientos se olvidarán de quienes son como los que perdonan lo recordarán.
¿No estarías dispuesto a abandonar tu resentimiento si creyeras que todo esto es cierto? Tal vez crees que no puedes desprenderte de tus resentimientos. Esto, sin embargo, no es sino una cuestión de motivación
La Desaparición del Universo Gary R. Renard
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